“El bovino y el pasto constituyen una asociación íntima y dependiente actuando uno sobre el otro. De allí la necesidad de ayudar al pasto en su crecimiento y dirigir al bovino en la cosecha del mismo con el fin de alcanzar los mayores y mejores resultados económicos de la explotación pecuaria”. –André Voisin.
André Marcel Voisin fue un bioquímico, agricultor y autor francés. Basándose en trabajos y experiencias realizados en todos los continentes, elaboró un método de manejo de las pasturas. Partió del análisis de la curva sigmoidea que representa gráficamente el crecimiento y desarrollo de los pastos. El primer estado de desarrollo del rebrote de la parte aérea es lento y hecho a expensas de las reservas existentes en las raíces. Un segundo estado se caracteriza por un mayor crecimiento de la parte aérea, con una pequeña formación de reservas en el sistema radicular. Finalmente, el crecimiento de la parte aérea se toma más lento y las reservas aumentan rápidamente.
Observó que la pastura tiene un tiempo óptimo de reposo y un tiempo óptimo de ocupación. Conocerlos y respetarlos es condición para un correcto manejo del Pastoreo Racional Voisin (PRV). De esta forma es posible alcanzar rendimientos máximos de la postura, evitar su degradación, y permitir crecimientos cada vez mayores, siempre que se comprenda la fisiología de la planta.
Este método es posible mediante la división de las pasturas en potreros de área reducida, porque si los bovinos permanecen en extensas superficies con un pastoreo continuo, intenso y sucesivo del pasto en rebrote, sin el necesario tiempo de reposo, ocurrirá un agotamiento de la pastura con una sucesiva utilización de las reservas de la planta.El PRV se basa en una serie de principios, de los cuales la dinámica de la curva sigmoidea del crecimiento de los pastos y su evolución a través de los años, son muy importantes.
Conociendo estos datos se verá que, a medida que avanza el tiempo, hay un incremento de la fertilidad y actividad biológica del suelo, lo que favorece un crecimiento más rápido de la pastura y en consecuencia una reducción del tiempo óptimo de reposo, con aumento de la producción de pasto y mayor producción de carne o de leche por unidad de superficie.
LAS LEYES FUNDAMENTALES DEL PASTOREO RACIONAL
PRIMERA:
Para que el pasto cortado por el animal alcance su máxima productividad, es necesario que, entre dos cortes del mismo lugar, haya ocurrido un periodo de reposo que permita al pasto:
- a) almacenar en sus raíces las reservas necesarias para un comienzo de rebrote riguroso y
- b) un desarrollo rápido, o sea, una alta producción diaria de masa verde por unidad de superficie. Este periodo de reposo será variable de acuerdo con la estación del año, condiciones de suelo y ambiente.
Este sabio francés descubrió que para que podamos tener siempre un pasto vigoroso, “debe transcurrir tiempo suficiente entre dos pastoreos para que el pasto acumule en sus raíces las reservas necesarias para emitir un rebrote vigoroso, y paso siguiente, permitirle realizar su “llamarada de crecimiento”, en donde, después de haberse llenado de reservas, el pasto crece rápidamente en pocos días. El ganado debe entrar a pastorear un potrero cuando este complete su llamarada de crecimiento, ni antes, ni después. Ese es el punto óptimo de cosecha.
Si pastoreamos antes de concluida la llamarada de crecimiento desperdiciando potencial productivo y si pastoreamos luego de que esta ocurra el pasto ya no crecerá tan rápido, perderá calidad y digestibilidad.
La apreciación visual de cada potrero debe prevalecer a la rigurosidad de un período de descanso que preestablezcamos. Entrar a un potrero y encontrar dificultades para visualizar hojas cortadas en la rotación anterior significa que estamos frente a un candidato a potrero pronto a pastoreamos.
SEGUNDA:
“El tiempo global de ocupación de una parcela deberá ser lo suficientemente corto como para que el pasto cortado por el ganado, no vuelva a ser cortado antes que ellos dejen la parcela”.
Si un pasto es cortado dos veces por el animal durante el mismo período de ocupación no tuvo un período de reposo suficiente y compromete el futuro rebrote. Solamente un tiempo de ocupación corto hará que el ganado no corte el pasto dos veces, durante un mismo tiempo de ocupación: “el tiempo de permanencia global de una parcela debe ser igual o menor a los tres días, de preferencia de un solo día”. El mensaje es claro: Si queremos que el pasto tenga condiciones ideales para desarrollarse luego del estrés del pastoreo, lo mínimo que podemos hacer es no pisotearlo y ni hablar de volver a cortarlo. El límite de tres días alude al riesgo de cortar un rebrote. Está comprobado, por ejemplo, que el raygrás empieza a rebrotar a las 14 horas después de cortado.
Cuantos más privilegios le concedamos al pasto, más pasto vamos a tener.
TERCERA:
“Es necesario ayudar a los animales de mayores exigencias alimentarias a pastar la mayor cantidad posible y que el pasto sea de la mejor calidad”.
Cuanto menos trabajo tenga un animal para pastar a fondo una pastura, mayor será la cantidad de pasto que cosechará. Voisin recomendó una altura de 15-25 cm en sus observaciones de pasturas europeas.
CUARTA:
“Para que un animal dé rendimientos regulares, es necesario que no permanezca más de tres días en una misma parcela”. De hecho, un animal alcanza su máximo rendimiento en el primer día de pastoreo, disminuyendo a medida que el tiempo de permanencia en la parcela aumenta. A medida que la pradera va siendo pastada a fondo, el animal cosechará cada vez menos cantidad de pasto.
Material consultado:
http://www.produccion-animal.com.ar/produccion_y_manejo_pasturas/pastoreo%20sistemas/06-voisin.pdf